En mis brazos te sostuve queriendo,
mientras el auto seguía corriendo.
Amenazaba el viento con despojarme de tu olor,
el aquel momento en el que no aguantaba más dolor.
Al seguir cayendo el atardecer forzoso,
te alejabas más de mis brazos amorosos.
Aún cayendo él ultimó sollozo,
aquel adiós para mí sigue siendo tortuoso.
Angélica Marrero
Me encanta todo lo que escribes porque es realmente como me sentí en innumerable ocasiones, tu familia y hasta tus amigas quienes dicen quererte son las que no paran de juzgar .